La etapa de la preadolescencia o pubertad es especialmente sensible en el desarrollo vital de las personas, chicas y chicos se «tambalean» entre la niñez y la adolescencia. Es común a todas las culturas, y en ella se dan importantes cambios físicos y psicológicos, de ahí lo importante de saber dar a los preadolescentes su lugar, espacio y compresión.
Se da entre los 10 a 12 años, pero hay variaciones entre sexos, pudiendo adelantarse a los 8/9 años en las niñas o prolongarse en niños hasta los 14 años.
Para los padres y educadores es difícil de entender y gestionar en ocasiones los cambios bruscos que pueden sufrir en minutos los preadolescentes. Pasar de juegos y petición de mimos, a cambios de humor y desplantes malhumorados.
En esta etapa se dan cambios de todo tipo: físicos, emocionales, afectivos y neuronales que explican estos vaivenes y cambios a veces difíciles de comprender.
Una de las claves para padres y educadores es hacer lo posible para que la conexión con los preadolescentes no se rompa, diluya o pierda.
¿Qué estrategias pueden utilizar los padres para favorecer la conexión con los preadolescentes?
- Escuchar y prestar atención y escucha activa (un poco más allá de lo que se dice o expresa)
- Informar al menor de lo que le está ocurriendo, quitando hierro y normalizando los cambios.
- Valorar el autocuidado, y la importancia del aspecto.
- Ante problemas, dudas, ofrecer alternativas, proponer, pero siempre dejar decidir lo que más le conviene o que prefiere dentro de las alternativas propuestas.
- Respetar los gustos del niño o niña siempre que sean adecuados a su edad.
- Límites estructurantes mantenerlos firmes. No desde el miedo, sino desde el amor y la comprensión.
Como padres: ¿cómo podemos acompañar a los adolescentes?
- Evitar menospreciar lo que el adolescente valora.
- No reírse de su estilismo personal o aspecto.
- No imponer ideas y gustos propios sin respetar los del niño o niña.
- Muy importante desdramatizar los cambios físicos y psicológicos que están experimentando.
- Permitir cierta distancia para que pueda empezar a construir su propia forma de ver la vida.
- Pese a las diferencias seguir transmitiendo nuestras ideas y valores como padres.
- Respetar el deseo de intimidad, no invadiendo su espacio privado.
- Hacer cumplir normas, límites y obligaciones: estudiar, recoger habitación…
- Fomentar relaciones sociales y amistades.
- Acompañar desde la comprensión.
- No ridiculizar sus comportamientos.
- Dejarles espacio para que vayan entrenando en eso de ser mayores, dejando que opinen, aunque no lo hagan con claridad.
- Tener presente que esta, es para ellos una etapa confusa y de búsqueda sin acabar de ver nada claro. Escucharles, comprenderles continuamente, y mirarles siempre desde el corazón (amor incondicional).
- Hablar mucho con ellos, conversaciones con sentido cuando lo pidan. Escucha activa más allá de la apariencia y de lo superficial, leyendo más allá de lo que expresan con palabras.
Esta etapa es un preparatorio, un entrenamiento, es difícil soltar la infancia y dejar atrás esa seguridad. Será importante que los chicos y chicas sigan disfrutando, les mostremos las bondades de hacerse mayor, los acompañemos en dudas y preguntas, haremos que se sientan queridos, y seremos ese pilar que siguen necesitando.
¿Cómo acompaño desde el coaching en esta etapa a los chicos y sus familias?
Mediante procesos individualizados en los que pasito a pasito voy acompañando al preadolescente con mi método que comienza con el autoconocimiento (emociones, juicios, auto respeto, autoimagen), una segunda fase centrada en su entorno, incidiendo en las habilidades sociales (respeto, empatía, escucha) y una tercera enfocada en su proyección al mundo (compromiso, responsabilidad, solidaridad, propósito).
Al mismo tiempo trabajando en sesiones con padre/madre/tutor para facilitar herramientas, recursos, etc. que les ayuden a acompañar al menor desde entender su proceso, conectando con el suyo propio.
Por otra parte, en centros educativos, ayuntamientos, casas de juventud… mediante talleres de temáticas de interés para esta etapa y su desarrollo como personas.
Si eres padre o madre o trabajas con colectivos en estas edades, y te parece que puede ser interesante acompañarles en alguna temática más concreta (autoestima, descubrir sus talentos, habilidades sociales, comunicación no violenta…) puedes contactarme sin compromiso. ¡Estaré encantada de poder acompañaros!.
Un abrazo amoroso 😉