La inteligencia emocional empieza a desarrollarse en los primeros años de vida. Todos los intercambios que en la infancia y adolescencia se tienen con padres, educadores y los demás, llevan mensajes emocionales. De ahí que cuanta mayor inteligencia emocional y social desarrollen, más felices, fuertes y mejores relaciones sociales tendrán en estas etapas y en el futuro. Daniel Goleman
La inteligencia emocional es una disciplina que busca la autorregulación de las emociones poniéndolas a nuestro favor, de forma que disfrutemos de un mayor bienestar personal y social.
Desarrollar la inteligencia emocional en la infancia y adolescencia, es integrar de una forma más intuitiva la semilla de este aprendizaje, de una manera consciente en la forma de ser y estar.
Índice de contenidos
¿Qué son las emociones?
“Una emoción es un proceso que se activa cuando el organismo detecta algún peligro, amenaza o desequilibrio con el fin de poner en marcha los recursos a su alcance para controlar la situación (Fernández-Abascal y Palmero, 1999)”.
Por lo tanto, las emociones son mecanismos que nos ayudan a reaccionar con rapidez ante acontecimientos de la vida, funcionan de manera automática, son impulsos que nos mueven a la acción.
De ahí que sea tan importante para nuestro bienestar, el trabajar la inteligencia emocional desde la infancia y adolescencia. para llegar a ser adultos conscientes de estas emociones, de como regularlas.
¿Cuál es el mecanismo de la emoción?

El proceso que provoca en nosotros las emociones es muy complejo, os comparto este pequeño esquema que es muy clarificador para entenderlo:
- Recibimos a través de nuestros sentidos un estímulo (externo o interno).
- Hay una reacción biológica que percibimos a través de nuestro cuerpo (estremecimiento, punzada, escalofrío, lágrima…) ahí está nuestra emoción.
- Interpretamos lo «que ocurre» desde nuestras creencias, juicios, experiencia personal… con las «gafas» del observador que somos. Al racionalizarlo, se conforma un sentimiento (versión cognitiva de la emoción).
- Este sentimiento crea un pensamiento o conecta con un pensamiento ya creado, generando una imagen interna determinada, normalmente habituada y automatizada.
- Finalmente se genera una consecuencia en forma de acción.
¿Cuáles son las emociones básicas?
Partimos de la premisa una vez más de que no hay emociones buenas ni malas, todas ellas son necesarias para nuestro bienestar y nos traen un mensaje que hemos de aprender a interpretar, para mejorar nuestro estado de bienestar, en esto se basa la inteligencia emocional.
Podemos resumir en 6 las emociones básicas:
- MIEDO: Es necesario ya que nos sirve para apartarnos de un peligro y actuar con precaución. Nos ayuda a orientarnos, a saber, qué hacer ante una situación nueva. Es adaptativo cuando impulsa a hacer algo para resolver un problema o cambiar una situación difícil. Es una señal. Un aviso de que nos falta algún recurso para afrontar una situación. Nos empuja a crecer y a movernos.
- TRISTEZA: Nos conecta con una pérdida La función de la tristeza es la de pedir ayuda (hacia fuera o hacia nosotros mismos). Nos motiva hacia una nueva reintegración personal. Puede tener diferentes grados o formas de mostrarse: Pena, soledad, pesimismo ante la pérdida de algo importante o cuando nos han decepcionado. Nos invita a «recogernos» y conectar con nuestro ser y esencia.
- RABIA: Nos conecta con algo que creemos injusto. Reivindicar una dignidad amenazada. Puede ser impulsor de cambio y mejora personal. Si la unimos a ternura genera una energía de creación y crecimiento.
- ALEGRÍA: Sensación de bienestar y de seguridad que sentimos cuando conseguimos algún deseo o vemos cumplida alguna ilusión. Es igual a expansión y plenitud de vida y de ser y estar.
- SEDUCCIÓN: Emoción que nos empuja a mostrarnos, a ser vistos, a enseñar todo nuestro valor y potencial (es lo contrario a la vergüenza).
- TERNURA: Confianza en la entrega amorosa y el cuidado hacia uno mismo y hacia otros. Protección, mimos, amor incondicional.
No siempre reconocemos nuestras emociones, ni dejamos que se expresen. Podemos hablar de emociones retenidas, que son provocadas por el dolor de vivencias del pasado, el no querer revivir ciertos recuerdos dolorosos, podemos desconectarnos de nuestra emoción.
Nuestros juicios aprendidos y creencias hacen que, ante una nueva situación, el cerebro conecte con esa emoción que en su día nos provocó dolor y de ahí que desconectemos de ella, todos tenemos mecanismos aprendidos que nos hace huir de estas emociones.
También podemos hablar de emociones habituadas, esos estados de ánimo en los que nos hemos acostumbrado a vivir y a estar, cuando somos conscientes y nos damos cuenta, podemos ir saliendo de ellos con tiempo, amor y paciencia hacia nosotros mismos.
Los estados de ánimo se prolongan en el tiempo y los tenemos tan integrados que nos es difícil reconocerlos.
Podemos hablar de cuatro principales: resignación, resentimiento, ambición y paz. Se podría decir que son un camino para alcanzar, ya que llegar a la PAZ y la AMBICIÓN, sería el estado ideal de bienestar y plenitud personal.

¿Cómo podemos aprender a regular nuestras emociones según la inteligencia emocional desde la infancia y adolescencia?
Uno de los pilares de la Inteligencia Emocional, es aprender a habilidades para regular nuestras emociones. Las cuatro habilidades básicas para una adecuada regulación emocional son:
1. PERCEPCIÓN Y EXPRESIÓN DE EMOCIONES. Esta habilidad se refiere al grado en que las personas son capaces de identificar sus emociones, así como los estados y sensaciones fisiológicas y cognitivas que ellas conllevan. Además, implica la capacidad para expresar adecuadamente los sentimientos y las necesidades asociadas a los mismos en el momento oportuno y del modo correcto.
2. FACILITACIÓN EMOCIONAL. Implica la habilidad para tener en cuenta los sentimientos cuando realizamos un proceso de toma de decisiones. Las emociones sirven para modelar y mejorar el pensamiento al dirigir nuestra atención hacia la información significativa, pueden facilitar el cambio de perspectiva y la consideración de nuevos puntos de vista.
3. COMPRENSIÓN DE LAS EMOCIONES. Implica saber identificar las emociones. Así como conocer las causas que las generan y las consecuencias futuras de nuestras acciones.
4. REGULACIÓN EMOCIONAL. Supone la regulación consciente de las emociones. Incluiría la capacidad para estar abierto a vivirlas. Además, abarcaría la habilidad para regularlas, bajando la intensidad de las negativas e intensificado las positivas sin reprimir ni exagerar la información que comunican. Y recordando que no hay emociones buenas ni malas.
¿Qué es la Inteligencia Emocional?
Según Daniel Goleman el precursor de esta disciplina:
La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer las emociones – tanto propias como ajenas – y de gestionar nuestra respuesta ante ellas.
La podemos definir como el conjunto de habilidades que permiten una mayor adaptabilidad de la persona ante los cambios.
También tiene que ver con la confianza y seguridad en uno mismo, el control emocional y la automotivación para alcanzar objetivos.
Comprender los sentimientos de los demás, manejar las relaciones y tener poder de influencia es básico para conseguir cambios positivos en el entorno.
Toda emoción provoca una acción, una respuesta. Habitualmente, ante determinadas emociones, nuestra respuesta suele ser automática, o lo que es lo mismo: una reacción ante un estímulo.
Lo que dice la inteligencia emocional es que es posible responder en lugar de reaccionar. Es decir, introduce el concepto de regulación de la respuesta ante un estímulo.
Una emoción se produce como respuesta ante algo que nos sucede. inmediatamente tenemos una reacción fisiológica (emoción).
No podemos elegir tener o no una emoción, ya que es algo que pasa al margen de nuestra voluntad. Lo que sí podemos decidir es lo que queremos hacer con ella.
Las emociones tienen una carga energética considerable, lo cual nos impulsa hacia la acción.
Podemos decir que las emociones son el puente entre el pensamiento y la acción.
Y nuestras acciones determinan nuestros resultados, configurando estos nuestra vida.
Por lo tanto, si somos capaces de elegir nuestras acciones, es más que probable que obtengamos resultados diferentes.
¿Por qué es necesario desarrollar la inteligencia emocional en los niños, niñas y adolescentes?
El estudio de las emociones ha adquirido un importante desarrollo tanto en el ámbito de la psicología como en el educativo; hasta tal punto esto es una realidad que, cada vez más en centros educativos se propone e incluye como parte del aprendizaje, como objetivo educativo indispensable el aprendizaje de habilidades emocionales que aseguren un desarrollo saludable en la infancia y la adolescencia.
Dichos programas, van consiguiendo resultados prometedores en aspectos tan importantes como la reducción del consumo de sustancias adictivas, el descenso de comportamientos agresivos en clase, menor consumo de alcohol y tabaco, y menor porcentaje de conductas autodestructivas y antisociales, así como la mejora de las habilidades sociales y una mayor regulación emocional y gestión de conflictos.
¿Es posible enseñar a los niños, niñas y adolescentes inteligencia emocional?
La mayor parte de las conductas las aprenden, sobre todo de los padres, de los educadores y de las personas que les rodean (más cercanas). Para conseguir que niños, niñas y adolescentes, aprendan a manejar adecuadamente sus emociones, es necesario que los padres cuenten con la suficiente formación como para poder regular sus estados emocionales y facilitar así la heterorregulación con sus hijos e hijas.
Así mismo en la escuela, se hace fundamental la formación de educadores en esta disciplina, para generar mayor consciencia personal y poder así acompañar mejor a los alumnos y alumnas en su desarrollo emocional.
¿Cómo se puede desarrollar la inteligencia emocional en la infancia y adolescencia?
Antes de comenzar a desarrollar estrategias de aprendizaje de las diferentes habilidades emocionales es necesario destacar algunos aspectos generales que resultan de vital importancia en el aprendizaje emocional:
• Se irán formando en la madurez emocional a medida que los adultos les enseñen y practiquen con ellos y ellas. Dichas habilidades se pueden aprender aprovechando cada momento cotidiano en el hogar o en el aula.
• Enseñar a regular las emociones es diferente a reprimirlas. Es importante que aprendan a expresarlas de acuerdo con el momento, la situación y las personas presentes.
• Reforzar la idea de que todas las emociones son necesarias. No existen emociones buenas o malas.
Será necesario que vayan aprendiendo a:
- Identificar las emociones.
- Comprender las emociones.
- Expresar las emociones Es importante transmitir al niño que todos necesitamos saber lo que estamos sintiendo y que los demás lo sepan. Expresar las emociones, hablar de cómo nos sentimos nos ayuda a pensar y actuar de la manera más adecuada. Si compartimos nuestras emociones, sean las que sean, nos sentiremos mejor y encontraremos ayuda en los demás.
- Regular las emociones. Es importante que aprendan una serie de habilidades que les permitan regular y controlar sus emociones sin exagerarlas o evitarlas.
- Habilidad para estar abierto a los estados emocionales y los pensamientos negativos. El objetivo es desdramatizar las situaciones que suelen provocar reacciones negativas.
Una propuesta para trabajar la inteligencia emocional en la infancia y la adolescencia
Técnica del semáforo: el objetivo es que asocien los colores del semáforo con las emociones y la conducta.
El semáforo de las emociones:
ROJO: PARARSE. Cuando sentimos mucha rabia nos ponemos muy nerviosos, queremos gritar y patalear… ¡¡ALTO!! Es el momento de pararnos, respirar, dejar pasar unos minutos, contar hasta 10…
AMARILLO: PENSAR. Ahora es el momento de pararse a pensar. Tenemos que averiguar cuál es el problema y lo que estamos sintiendo. Cuando el semáforo está en naranja los conductores piensan, buscan soluciones y se preparan para salir.
VERDE: SOLUCIONARLO. Vía libre para los vehículos. Ahora, es el momento de circular de nuevo. Es la hora de elegir la mejor solución y ponerla en marcha. Momento de acción.

Mis talleres de Inteligencia Emocional para niños, niñas y adolescentes
Con todo lo que has leído, no creo que te queden dudas sobre la importancia de integrar la inteligencia emocional desde la infancia y adolescencia, estos aprendizajes, se hacen imprescindibles para un bienestar emocional, vital y relacional no solo en las etapas tempranas de la vida, sino también para una adultez plena.
De ahí que uno de los pilares de mi trabajo profesional sea impartir y crear programas y talleres ad hoc de Inteligencia Emocional y Habilidades Sociales para la etapa de primaria, secundaria, bachillerato, FP y primera juventud. Y complementarlos con formación a padres y educadores como acompañantes en el desarrollo emocional de los más jóvenes.
Los imparto tanto en colegios, institutos, fundaciones, asociaciones, etc. y siempre adaptados a las necesidades reales que se necesitan, de forma muy práctica con dinámicas y juegos.
Si quieres ver en que «líos» estoy metida o solicitar un taller no lo dudes, estaré encantada de que hablemos y concoer de tu mano tus necesidades y aportarte aquello que pueda ser de tu utilidad.
Un abrazo amoroso 🙂