El coaching para adolescentes y jóvenes puede parecernos que no hacen “buenas migas”.

Pero, si lo piensas un momento: ¿Qué etapa en la vida se caracteriza en mayor medida por transformación, retos personales, montaña rusa de emociones, o necesidad de referentes y guías?

La adolescencia y primera juventud, es la etapa de la individuación, donde conformamos nuestros valores, identidad, y los pilares sobre los que iremos construyendo nuestra vida adulta.

En esta etapa, poder contar con guías, personas de referencia que hagan de espejo, en las que apoyarse en momentos de dudas y confusión, es un regalo y una necesidad.

Los padres, familia, profesores y educadores se convierten en maestros de vida, en referentes de valores.

Un coach, puede acompañar a transitar esta etapa desde la consciencia y el sentido que da, vivirla en confianza, como un proceso de crecimiento y desarrollo personal.

Acompañando además a la familia y su entorno educativo a comprender de una forma más serena lo que está viviendo el/la adolescente.

En la mayoría de las ocasiones son los padres o tutores quien acercan al adolescente o joven a un coach.

Los motivos pueden ser diversos, los más habituales que suelo encontrarme:

  • Comportamientos disruptivos, difíciles de gestionar y comprender y que dificultan el bienestar familiar y personal.
  • Se alarga en el tiempo algún tipo de “dificultad” que complica el día a día, y no favorece desarrollo personal y crecimiento.
  • Aislamiento social o falta de habilidades sociales, provocando tristeza y baja autoestima.
  • Falta de motivación en el ámbito académico, de responsabilidad y compromiso personal.  Dificultad para discernir hacia donde encaminar su futuro profesional.

Es importante puntualizar, que cuando los comportamientos y situaciones van más allá, bien por el impacto en la persona o en su entorno, bien por su duración o intensidad, (hablamos de trastornos de la personalidad)  se derivará a otros profesionales que podrán ayudarle de forma más adecuada.  Es un trabajo que trasciende la labor de un coach.

¿QUÉ ASPECTOS SE PUEDEN ABORDAR EN UN PROCESO DE COACHING?

  1. Mejorar y afianzar el bienestar personal, poniendo el foco en el auto cuidado y el escuchar las necesidades personales.
  2. Mejorar su autoestima favoreciendo el autoconocimiento.
  3. El auto respeto y la auto confianza como pilares para construir lo que quieren ser.
  4. Aprender a comunicarse asertiva, selectiva y no violentamente.
  5. Desatar sus habilidades y talentos, poniéndolos en valor.
  6. Dotarles de herramientas y recursos para ser personas completas y felices.
  7. Trabajar con ellos el desarrollo de habilidades sociales para una mejor adaptación en su día a día.
  8. Favorecer su autonomía, responsabilidad y compromiso con ellos mismos para generar la vida que desean, tomando consciencia en las elecciones que hacen.
  9. Compromiso personal con su rendimiento y trabajo académico.
  10. Regulación de emociones, y recursos para resolución de conflictos.
  11. Pensamiento reflexivo y crítico con lo externo, para respetarse, cuidarse, y elegir desde la consciencia y la integridad personal.
  12. Conocer sus juicios y creencias, para aceptarlos, y “soltar” lo que no nos “sirva”.
  13. Identificar dones y talentos innatos, y darse cuenta de lo que pueden y quieren llevar a cabo con ellos.
  14. Descubrir motivaciones, propósito, lo que sí quiero y lo que no.  Orientando en el ámbito de estudios y su futuro profesional.
  15. U otro tuyo personal que te preocupe…
Coaching adolescentes jóvenes
Reto Coaching Adolescentes y Jóvenes

¿CÓMO ES EL PROCESO DE COACHING?

Los pilares para mí serían: confianza en el proceso y en la persona; acompañamiento desde el respeto y la legitimación; trabajo sistémico (familia y entorno) para alcanzar el reto propuesto.

  • Es fundamental que se sientan escuchados, respetados y legitimados en sus emociones e interpretaciones de la realidad.
  • Ser claros en el reto por el que están ahí, que se espera de ellos y para qué.  Respetando siempre su intimidad y haciéndoles partícipes en la toma de decisiones.
  • Necesitan saber que son validados en su  “interpretación de lo que ocurre” y contar con sus peticiones, que suelen ir en línea con: ser vistos y ser amados.
  • Se hace necesario establecer al principio del proceso un Acuerdo de Coaching.  Indagando en las necesidades de los adolescentes y de los padres, dando espacio a que todos puedan expresarse y dejar constancia de como la percepción de todos es igual de válida para el coach.
  • Todos han de tomar su responsabilidad en el reto, de forma que se encuentre una “solución” satisfactoria para todos.

MI MÉTODO PERSONAL Y QUE APLICO EN LAS SESIONES:

Para comenzar un proceso de coaching, lo prioriotario para mí es crear un clima de confianza y de seguidad.

Empatizar con el adolescente para poder conectar con él, que se sienta “sentido”, comprendido, nunca juzgado, interrogado o minusvalorado.

Nombrar aquello por lo que va a comenzar el proceso de coaching tanto si son los adultos quienes le han traído o si es el quien ha decidido comenzar este proceso.

Creando un espacio de confianza y de seguridad donde pueda sentirse cómodo para hablar y abrirse.

Favorecer una comunicación sincera, desde la flexibilidad, el respeto y la escucha activa.

LA CONFIANZA EN EL PROCESO ES PARA MI LA HERRAMIENTA BÁSICA COMO COACH

El trabajo lo haré tanto con los adolescentes como con sus padres.

Mediante preguntas que permitan un cambio de observador.

Provocando la reflexión personal y no olvidando el ponerse en los zapatos del otro (padres, hermanos, amigos…).

Siempre creando un clima de convivencia y confianza mutua entre las partes afectadas en el proceso.

Favoreciendo en el adolescente/joven, la independencia responsable y la flexibilidad frente a autoridad.

EL PROCESO MÁS EN DETALLE:

Es clave para mí, el enfoque sistémico, es decir el actuar en el “todo” (familia), no solo en las partes (individuo).

Se hace imprescindible identificar el reto a alcanzar con claridad y consenso y un compromiso por parte del coachee en el deseo de alcanzarlo.

Definir y delimitar la situación actual, de donde se parte mediante la indagación con preguntas.

Definir igualmente la situación «ideal» que se quiere conseguir, por todas las partes. Permitirá los acuerdos, y las conversaciones para alcanzarla.

El trabajo no solo será durante las sesiones, ya que se marca un Plan de Acción para llevarlo a la vida y entre las sesiones, de esta forma ir viendo los avances, constantando la transformación y el crecimiento.

Todo ello desde la escucha generativa, la legitimación y el amor incondicional.

Si eres adolescente o jóven o bien tienes un hijo/a en esta etapa y crees que podría aportale llevar a cabo un proceso de coaching, no dudes en ponerte en contacto conmigo y cerrar una primera sesión de valoración para conocer más en detalle el reto propuesto y cómo puedo acompañarle.

Si tienes alguna consulta o comentario, puedes dejarlo más abajo y te contestaré encantada.

¡Un abrazo amoroso!